Conceptualmente estamos frente a una berlina que claramente puede ser usada a diario, incluso para llevar a los chavales al cole, pues sus plazas traseras te lo permitirán sin problema alguno, eso sí, cuando los lleves, los compañeros de tus hijos sabrán que coche es este, pues hay detalles en él, que delatan lo que esconde ese traje para el día a día.
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El frontal, tiene una mirada del todo desafiante gracias a sus faros que disponen de tecnología LED. La parrilla delantera de color negro o el imponente faldón delantero que dispone de dos enormes entradas de aire o la protuberancia del capó delatan al M3.
Seguimos desnudando con la mirada la impresionante silueta, que resalta más si cabe todavía gracias a las generosas llantas de 19” que dejan entrever unas pinzas de freno en un ostentoso color oro con el anagrama M, y tras ellas, unas branquias como si de un tiburón se tratara. La zaga, dispone de una paragolpes que integra a la perfección un difusor trasero y cuatro salidas de escape encargadas de emitir el sonido más bello del mundo, el rugir del poderoso motor del M3.
Al abrir la puerta, nos recibe un interior donde los asientos quedan en primer plano, unos semi backets que recogen y moldean el cuerpo como si te enfundaras un traje de Armani. Una vez sentado, es fácil gracias a los reglajes encontrar una posición de conducción cómoda o deportiva, aunque la primera es la más usual. El volante multifunción, tiene un tacto y grosor perfecto, y lleva incorporadas las levas del cambio. El pespunte en los colores Motorsport es sin duda, el acabado perfecto.
El cuadro lo presiden dos esferas, y curioso es ver como el velocímetro está tarado hasta los 330 km/h, de no ser por la limitación electrónica de la velocidad, estamos seguros que esa velocidad no sería ninguna broma para este coche. Bajo el display del cuentarrevoluciones encontramos el modo de conducción que llevamos seleccionado, pudiendo escoger entre tres, Efficient, Comfort y Dynamic y dentro de este último podemos escoger la opción Sport +.
La pantalla central sirve para ver los datos de la navegación, el equipo multimedia, y configurar diferentes parámetros del coche, entre ellos los modos de conducción M1 y M2, de los que encontramos sendas teclas en el volante para un acceso rápido, así como unos indicadores deportivos que nos informan de la potencia y el par máximo que el coche está utilizando en cada momento.
En la consola central, junto al selector del cambio y el mando iDrive, envuelto en fibra de carbono, encontramos los 4 botones mágicos, con los que podremos modificar la gestión electrónica del motor, ajustar la suspensión o la dureza y firmeza de la dirección, así como la velocidad de gestión de los cambios de marcha mediante un botón que tras el selector.
Como todo buen BMW, la lista de opcionales es interminable, pudiendo configurar un M• que sea único, aunque su equipamiento de seria ya comprende elementos como control de crucero con función de frenado en ciudad, control de distancia de aparcamiento trasero y delantero, control de estabilidad DSC con M Dynamic Mode (MDM)-, control de frenada en curva -CBC-, Control de tracción -DTC-, diferencial activo M, dirección asistida eléctrica variable M Sport, sistema de navegación Professional o el Head Display entre muchos otros.
Al igual que su hermano mayor el M4, el M3 ha dejado atrás el motor V8 atmosférico, para equipar un potente motor de 6 cilindros en línea con tecnología M Twin Power Turbo que desarrolla una potencia de 431 cv y un par motor de 550 Nm. Las prestaciones lo dicen todo en esta berlina, ya que es capaz de acelerar de 0 a 100 en 4,1 segundos y lanzarse hasta los 250 km/h (velocidad autolimitada).
En cuanto al consumo, algo que no nos tiene que preocupar, si tenemos en nuestro garaje un M de BMW, la marca homologa unos 8,3 litros a los 100 km. Nosotros durante la prueba, teniendo en cuenta que pasamos bastante tiempo en el circuito vimos una media de 15 litros a los 100 km, aunque al llevarlo por carretera y autopista bajamos hasta los casi 10 litros de media, viendo en algún caso una cifra de 7,3 litros conduciendo a una velocidad de 120 km/h.
El motor es un compendio entre tecnología y mecánica. Ofrece todo su potencial gracias a la tecnología Twin Power Turbo, durante casi todo su régimen de giro, lo que permite estirarlo sin problemas hasta las 8.000 rpm, el problema es que la aguja del cuenta kilómetros sube a la misma velocidad.
Si algo caracteriza a las versiones M de BMW, es el sonido del motor, algo que ya vimos en la prueba que hicimos con el M4. Un innovador sistema de mariposas de accionamiento eléctrico son las encargadas de dar rienda suelta al caballaje de este motor convirtiendo su sonido en el de un coche de competición, algo que quizás a todo el mundo no agrade, por aquello de ser discretos, pero, ¿no llevas un M3 entre manos?, ¡pues que se oiga!.
El mejor aliado para este propulsor, es el opcional cambio automático M de siete marchas y doble embrague que permite ser utilizado de forma secuencial a través del mismo selector o de las levas que encontramos tras el volante, ofreciendo unos cambios rápidos y preciso a la vez que unas reducciones perfectas. Además, dispone de la función “Launch control”, que evidentemente probamos, y que te deja literalmente pegado al asiento a la vez que sientes el empuje del poderoso V6 y sus 550 Nm de par.
El equipo de frenos que montaba nuestra unidad de prueba y que es opcional, está compuesto por unas pinzas de 6 pistones y unos discos de freno cerámicos, que detiene el coche a demanda, siendo infatigables y con un tacto duro al pedal del freno pero eficiente.
Para realizare esta prueba, quisimos hacer algo especial, y que mejor que hacer con este coche lo que mejor se le da, que es driftar. Para ello, recurrimos a nuestro colaborador, el piloto e instructor David Bosch, que nos brindó la oportunidad de rodar con él la pista de asfalto deslizante del Fast Parc Motor Castellolí, algo que convirtió nuestro trabajo en la manera más divertida de estar tras un volante.
Como buenos alumnos, dejamos que el profesor, David Bosch, nos introdujera en el circuito, y nos diera una explicación de cómo probar el coche en el, de lo que debíamos hacer y lo que no. El primero en probar nuestro BMW M3 fue el, ya que queríamos comprobar a manos de un profesional de lo que es capaz este coche, y como era de esperar el resultado fue una serie de cruzadas entre los conos que difícil son de describir y de representar hasta en las fotos que nuestro fotógrafo, Javier Lorite hizo allí.
El objetivo de probar el coche allí, eran dos. El primero de ellos, ver el comportamiento del coche es una pista “deslizante”, dado que es un tracción trasera y dispone de un potente motor con el que fácil es dar gas y cruzar el coche. El segundo, fue aprender a dominar el coche, y aquí el M3, la verdad es que nos lo puso fácil, pues aunque parezca que todo lo que puedes hacer con él es tremendamente desmesurado, es muy dócil, predecible y dispone de los elementos mecánicos y electrónicos para llegarlo a controlar sin problema alguno, ya que ante todo, para la marca la seguridad es lo primero y nosotros lo pudimos comprobar.
Un detalle que nos dejó sorprendidos en lo que a seguridad se refiere, es el pretensado automático de los cinturones de seguridad, que al detectar el deslizamiento del coche se activaban dejándote anclado en los asientos.
Durante las casi dos horas en las que estuvimos driftando, por así decirlo, os podemos asegurar que nuestra velocidad no pasó de los 60 km/h, ya que no hace falta más, pues este circuito y con este coche, es un buen sitio donde aprender a controlar a un coche como el M3. Deciros que tras un rato, y con alguna que otra gota de sudor en la frente, conseguimos trazar más de una vuelta sin tocar un solo cono.
Salidos del circuito, y después de disfrutar del comportamiento más deportivo y radical de nuestro M•, tomamos ruta hacia alguna carretera secundaria, para ver, su otro yo, la berlina que es, pero de nuevo, la manos se nos fueron hacia la botonera que hay junto al selector del cambio, para optar por el modo Dynamic y la posición de la suspensión adaptativa en Sport +. Una vez más, vemos como el comportamiento dinámico de este BMW es impresionante, algo que pocas berlinas, son capaces de conseguir y que algunas de ellas, están en su propia casa.
La dirección es precisa, algo que facilita la entrada en las curvas y el viraje una vez estas dentro de ellas. Si a eso le sumas que el aplomo y el guiado es como ir sobre raíles, salvo que desconectes por completo la electrónica, algo que solo aconsejamos hacer a personas experimentadas, al menos en carretera, la confianza que transmite todo el conjunto es abrumadora.
Vamos a concluir nuestra prueba, haciendo una comparación entre el BMW M3 y el BMW M4, ya que habiendo probado ambos modelos tendríamos un dilema al escoger a uno de ellos para meterlo dentro de nuestro Luxury Garaje, donde tan solo 10 coches tendrían cabida.
Ambos coches son tremendamente deportivos, a la vez que cómodos, pues conceptualmente y al uso son dos berlinas. El M3, tiene a su favor que es unas 4 puertas, lo que te permite acceder a las plazas traseras con mayor facilidad que el M4, aunque sus dos enormes portones ofrecen buen acceso a las mismas, pero si eres de aquellos familiares que van con una sillita arriba o abajo, quizás mejor las cuatro puertas.
Solo hay una cosa que nos gusta más en el M4 que en el M3, y es la línea coupé del primero, ya que le hace destacar, a nuestro entender y como opinión personal sobre la línea de berlina del M3. En cualquier caso, y siendo egoístas, creemos que estos dos coches merecerían estar dentro de nuestros 10 coches ideales, por un compendio de cosas, que quizás a través de las dos pruebas no hemos podido transmitir, por una sencilla razón, porque tienen que sentir, y eso solo lo percibes cuando estas tras el volante de cualquier de estos dos BMW.
Escrito por, Miguel Angel Solá
AGRADECIMENTOS
- BMW España | @BMWespana
- BMW Group Prensa | @bmwgroupprensa
- Parc Motor Castellolí - www.fastparcmotor.com
- David Bosch
- Fotografías : Javier Lorite y Miguel Angel Solá
- Configurador BMW M3: www.bmw.es
