Le Petit Trianon, el palacio de Maria Antonieta

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El palacete cercano al palacio de Versalles, que fuera el refugio privado de María Antonieta, ha sido restaurado y los visitantes podrán verlo tal cual era cuando la reina lo dejó para siempre, el 5 de octubre de 1789, en pleno tumulto de la Revolución Francesa.

El 5 de octubre de 1789, en el momento en que los insurgentes llegaban hasta las rejas de Versalles, María Antonieta se paseaba por los jardines del Petit Trianon. Un emisario le advirtió de que debía trasladarse inmediatamente a Versalles. El día 6 la familia real partió hacia París y no volvió más.
En la planta baja, reservada a la servidumbre, podrá ver la cocina, sus fogones de carbón y su gran chimenea, o la sala de la vajilla, que contiene piezas de porcelana y plata del servicio de mesa de María Antonieta. En el primer piso, los aposentos de rey y de la reina, con muebles de origen restaurados o adquiridos recientemente, la biblioteca, con libros marcados con las iniciales PT (Petit Trianon), un saloncito en los que un mecanismo encastrado en la pared cubre de espejos las ventanas cuando se desea el aislamiento, y las habitaciones de las damas de compañía.
Pero en el palacio pueden verse también cuartos de baño y los antepasados del excusado: pequeños recintos con una silla de madera agujereada, bajo la cual se sitúa el orinal, que los sirvientes retiraban discretamente por una pequeña apertura trasera.
El segundo piso, destinado en la época a los invitados, ha sido consagrado a las otras mujeres que habitaron el palacio, con habitaciones decoradas de acuerdo a las distintas épocas: Madame Elisabeth, hermana de Luis XVI, Madame Royale, la hija de éste y de María Antonieta, la emperatriz María Luisa, segunda esposa de Napoleón, la duquesa de Orleans.
Finalmente, un último gabinete está dedicado a la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III. Eugenia hizo que el Petit Trianon "dejara de ser una residencia real, lo transformó en museo, inaugurado en 1867 con una exposición dedicada a María Antonieta".
Obra de Ange-Jacques Gabriel, gran arquitecto del siglo XVIII, el Petit Trianon es considerado una joya del neoclásico francés. Construido entre 1762 y 1768, es un edificio cuadrado con cuatro fachadas, cada una de las cuales da a un jardín de concepción diferente. Pero más allá de la arquitectura, su construcción refleja un cambio radical en las costumbres de la monarquía francesa.
Luis XV lo hizo construir para su favorita, Madame de Pompadour, pero ésta murió antes que terminara la edificación, y fue su sucesora, Madame du Barry, quien lo habitó hasta la muerte del rey. "Luis XV no soportaba la vida de la corte de Versalles heredada de Luis XIV. Versalles era un lugar donde se nace, se muere, se da a luz, se come y se va de vientre en público, ante la mirada de los otros".
Por ello, quiso "crear un lugar privado, su casa, a la que invitaba a quien quería. Establece así una distinción entre vida pública y vida privada que en tiempos de Luis XIV no existía",.
Gabriel llegó incluso a estudiar un sistema mecánico, una suerte de montacargas para las mesas ya preparadas con la vajilla y la comida, a fin que el rey pudiera comer sin que la servidumbre estuviera presente. El proyecto no llegó a realizarse. Pero ese dispositivo, basado en la idea de separar el piso de la servidumbre del de los nobles, explica la concepción del edificio.
A la muerte de Luis XV, María Antonieta recibió de Luis XVI el Petit Trianon como regalo de coronación. La nueva reina intensificó aún más esa lógica de reivindicación de la vida privada contra la vida pública y el Petit Trianon permanece indisolublemente ligado tanto a su historia real como a las leyendas que suscitó.

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