Sergio García conquista el Masters de Augusta y entra en el olimpo de los mejores jugadores de golf

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Sergio García conquista el Masters de Augusta y se enfunda la chaqueta verde tal como hicieran hace ya muchos años José María Olazábal y Severiano Ballestero en dos ocasiones. Por fin, el genio del español conquistaba el grande que se le resistia. Su deslumbrante palmarés, plagado de títulos amateurs y profesionales, cuenta ya con el más mítico de todos los títulos.

Palmarés de Sergio García

Victorias profesionales (26)
PGA Tour (10)
2001 (2) Colonial Invitational, Westchester Classic
2002 (1) Mercedes Championships
2004 (2) Campeonato Byron Nelson, Westchester Classic
2005 (1) Booz Allen Classic
2008 (1) The Players Championship
2012 (1) Campeonato Wyndham
2016 (1) Campeonato AT&T Byron Nelson
2017 (1) Masters de Augusta
European Tour (13)
1999 (2) Abierto de Irlanda, Masters de Alemania
2001 (1) Trophée Lancôme
2002 (1) Open de España
2004 (1) Mallorca Classic
2005 (1) Masters Europeo
2008 (2) Masters de Castellón, HSBC Champions
2011 (2) Masters de Castellón, Andalucía Masters
2014 (1) Masters de Catar
2017 (2) Dubai Desert Classic, Masters de Augusta
Asian Tour (5)
2002 (1) Kolon Cup Korean Open
2008 (1) HSBC Champions
2012 (1) Iskandar Johor Open
2013 (1) Thailand Golf Championship
2015 (1) Ho Tram Open
Victorias no profesionales (5)
1997 Torneo Abierto de Cataluña (España - torneo no perteneciente al Tour Europeo)
2001 Nedbank Golf Challenge (Sudáfrica - torneo no oficial)
2002 Telus World Skins Game (Canadá - torneo no oficial)
2003 Nedbank Golf Challenge (Sudáfrica - torneo no oficial)
2010 Gary Player Invitational (Sudáfrica - Torneo benéfico mixto)

Deslumbrante debut de Jon Rahm

Ligeramente eclipsado por la lucha de Sergio García por el título, Jon Rahm ha firmado un Masters sencillamente extraordinario. Ha concluido con +3 después de una cuarta ronda que fue una locura: con un eagle increíble al 13 y un inoportuno triple bogey al 18. 75 golpes (+3) para terminar. Apunta maneras para algún dia no muy lejano se enfunde también la chaqueta verde.

Segio García luchó y lo mereció como nadie.
Sudó sangre para doblegar al gigante inglés Justin Rose en un duelo épico que es desde ya historia del golf mundial. Desde el tee del 1 fue un duelo cara a cara al que no tuvieron acceso Jordan Spieth, ni Charl Schwartzel, ni Matt Kuchar.

El duelo fue titánico, y en él se vio la misma versión de Sergio García sólida, tranquila e imperturbable que se había visto toda la semana. Los primeros nueve hoyos del español fueron impecables: birdies al 1 y al 3 en los que supo aprovechar sus opciones tirando de su solidez con el putt, una constante a lo largo de la semana. A partir de ahí, seis pares. Reseñable fue el del hoyo 7, en el que salvó el 4 de una forma impecable, con una gran recuperación desde bunker.

Los problemas llegaron en la segunda vuelta. Llegaron los bogeys al 10 y al 11, pero el español no se desesperó, sino todo lo contrario. Se armó de calma y siguió a lo suyo, ajeno al festival que había desatado Justin Rose. “Nunca en un ‘grande’ había sentido esa calma”, dijo al término de la agonía.

Un gran birdie al 14 y un eagle al 15 celebrado con enorme rabia volvían a dejar a Sergio García en la punta de lanza. Rose, con birdie al 16 y bogey al 17, se mostraba volcánico, cualquier cosa podía pasar en el 18, cuyo tee pisaron ambos en tablas.

Tuvo un putt de tres metros para ganar en el 18, pero no entró, la caída no fue la adecuada. Así que a play off, de nuevo a jugar el 18. Y ahí no se escapó. Justin Rose se metió en problemas desde la salida y Sergio jugó el hoyo como había que jugarlo, a la perfección. Su putt es ya historia del deporte español.

El duelo García-Rose se dibujó en la tercera jornada
Sergio García y Justin Rose se citaron de cara al domingo en la tercera jornada, que concluyó con ambos empatados en el liderato con -6, un resultado inaccesible para el resto de competidores en Augusta National.

En esos terceros 18 hoyos, el repertorio de Sergio García fue amplísimo, con una magnífica recuperación en el hoyo 13 para el recuerdo. Después llegó el birdie del 15 para igualar con Justin Rose en -6 y ganarse un sitio en el partido estelar. 70 golpes (-2) en el día.

Si magnífico estaba siendo rendimiento de Sergio García, qué decir del de Jon Rahm, debutante en el torneo. El vasco firmó una tercera ronda de 73 golpes (+1) –¡lástima de sus bogeys en el 16 y 17!- que le mantenía en un undécimo puesto muy destacable. Estaba al par y sí, lejos de la cabeza, pero con su juego y mentalidad cualquier cosa se podría antojar posible.

Sergio tocó el liderato en la segunda jornada
Con dos jornadas de The Masters transcurridas, las noticias difícilmente podrían ser mejores: Sergio García era colíder y Jon Rahm, sexto en Augusta National. Ambos pasaron corte y se ganaron el derecho a vivir un fin de semana plagado de emociones.

Sergio García se aupó a esa magnífica posición gracias a una segunda vuelta de 69 golpes (-3) para -4 al total. Su ronda fue un saco de emociones: tres birdies seguidos de inicio, dos en los cuatro últimos hoyos y algún que otro bogey por el camino. Compartía liderato con Charley Hoffman, mucho menos acertado que en su primera aparición (75), Rickie Fowler y Thomas Pieters.

Por su parte, Jon Rahm era octavo con -1 tras firmar un 70 (-2), su primera ronda bajo par en Augusta National. Cuatro birdies y un doblebogey para un novato que pareció llevar toda su vida jugando en la élite.

También de mañana jugó José María Olazábal, que no pasó corte. Firmó 76 golpes (+4) para +9 al total. En similar situación concluyó Rafael Cabrera-Bello (+8), que tampoco terminó de sentirse cómodo, especialmente con el putt.

Igualmente fuera del corte quedaron ilustres candidatos como Danny Willett (+7), defensor del título, Zach Johnson (+7) o Henrik Stenson (+8).

Buena primera jornada para los españoles
La primera jornada de The Masters trajo noticias positivas para el golf español: el sensacional inicio de Sergio García en un día complicado, el buen debut en Augusta National de Jon Rahm, y la resistencia de Rafael Cabrera-Bello y José María Olazábal.

Sergio García era cuarto después de firmar un más que buen 71 que fue resultado de una vuelta de extraordinaria solidez: un birdie y ningún error. El castellonense quedó a seis golpes de Charley Hoffman (-7), pero las sensaciones que desprendía eran magníficas.

Por su parte, Jon Rahm estaba enclavado en el puesto 19 con +1, empatado con Danny Willett, Rickie Fowler o Fred Couples. No empezó bien su vuelta, pero enseguida se adaptó al fuerte viento y empezó a soltar la magia que lleva dentro. No decepcionó el vasco en su puesta de largo en Georgia.

Sergio García: Su deslumbrante palmarés, plagado de títulos amateurs y profesionales, cuenta ya con un Masters


Si algo ha tenido que escuchar con demasiada frecuencia Sergio García en los últimos años –e incluso lustros- es aquello de que era el mejor jugador del mundo sin un grande en sus vitrinas. “Sí, es un jugador magnífico, pero aún no tiene un Masters o un British”, decían. Desde la madrugada del 9 al 10 de abril, este argumento es pasado.

Sergio García es a sus 37 años y siempre ha sido para jugadores, técnicos, prensa especializada y aficionados un golfista singular, dotado de una técnica y de un talento extraordinarios para el golf. Dicho de otra forma, es un genio, más allá de que una inoportuna corbata en el 18 de Carnoustie le pudiese privar de un British. Con o sin grande, es un genio.

Sí, porque solo un genio es capaz de permanecer tantos años en la cima del golf mundial, de jugar siete Ryder Cup –cinco de ellas, con triunfo- con record de victorias, de ganar nueve veces en el PGA Tour y otras doce en el European Tour, de vencer en The Players, el famoso quinto grande,… su currículo es sencillamente espectacular, al alcance de los mejores golfistas del mundo.

Cincelado por las manos de su padre, Víctor, Sergio se define como “un jugador de sensaciones” más que un hijo de la tecnología, tan presente en los últimos tiempos en la enseñanza de golf. “Los que empiezan ahora están mejor preparados que cuando yo empecé, son más atletas pero es el cambio lógico que ha ido pidiendo este deporte.

“El talento… lo tienen contados. No creo que volvamos a ver la habilidad y las manos de Seve. La tecnología ha dado un poquito de ventaja a los que no tienen tanto talento”, explicaba en su vuelta al Open de España en 2013.

Ganador desde pequeño

Sergio García se hizo profesional en 1999, año en el que ya dejó ver en el PGA Championship que el golf mundial había descubierto un diamante. Pero antes de llegar a este punto, su carrera ya era tremendamente exitosa. Como amateur había ganado el British Boys (1997) o el British Amateur (1998), dos de los torneos más prestigiosos a nivel continental.

En los links británicos, y obviamente en España, ya se hablaba de ese chaval que tenía descaro, golf y talento para plantar cara al Tigre, a Tiger Woods, que amenazaba con arrasarlo todo. Fue campeón de Europa Individual (1995) y por conjuntos con los Equipos Nacionales (1997), y cuando lo había ganado prácticamente todo como amateur, dio el gran salto.

“Ganar un grande no es cuestión de vida o muerte”

Ya como profesional, se convirtió rápidamente en una referencia, tanto en Estados Unidos como en Europa. Los títulos fueron cayendo poco a poco: Abierto de Irlanda (1999), Masters de Alemania (1999), Colonial Invitational (2001), Westchester Classic (2001), Mercedes Championships (2002),… pero el ‘major’ no llegaba.

Se le escapó en ese dramático final del British 2007 ante Padraig Harrington, y también muy cerca estuvo en una cuantas ocasiones. Hasta este momento había hecho tres Top 10 en Augusta, cinco en el US Open, diez en el British y cuatro en el PGA Championship. Unos números impactantes.

Sergio siempre trató de quitar dramatismo al famoso tema del ‘grande’. “No me pongo metas; en todos los torneos intento jugar lo mejor que puedo y, obviamente, quedar el primero. Mi objetivo es seguir divirtiéndome con lo que hago y mejorando en todo. En los grandes intento darme las máximas posibilidades de ganar pero no es cuestión de vida o muerte. Espero que llegue un grande pero mi vida no depende de ello”, decía en 2013.

Y en esas llegó 2017. Cuando arreciaba con mayor fuerza el fenómeno Jon Rahm, Sergio García aprovechó este periodo de calma vital y deportiva para jugar sus bazas como nunca lo había hecho, y de un plumazo desterrar esos viejos fantasmas. Aunque no hay que olvidar que siempre ha sido con genio, con grande o sin él.
Fuente:RFEGOLF

Fotos: www.masters.com

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